Vaya por delante que no soy abogada, pero he tenido mucha experiencia en el ramo como secretaria.
Guardo mucho rencor porque he sido testigo de injusticias varias, y más aún tratándose de justicia.
Vaya por delante que mi concepto de justicia siempre ha chocado con esos despachos en los que he estado trabajando.
Por supuesto, mis convicciones éticas son siempre las que me han puesto entre las cuerdas y en la calle.
Una de las veces me despidieron porque el despacho en el que trabajaba se dedicaba a desahuciar a familias que vivían en propiedades del IVIMA y que la Comunidad de Madrid vendió a un Fondo Buitre, yo aconsejaba a las familias qué hacer para demorar los lanzamientos.
En otro despacho, me despidieron cuando, por fracturarme una pierna, estuve 6 meses de baja.
Lo último fue que mis ancestros republicanos no le gustaban al presidente del despacho.
Eso sí, después de utilizar los libros que le presté de mi tío, para que escribiera una novela histórica del levantamiento fascista, me despidió.
Muy fuerte, verdad?
La vida pasa 